martes, 22 de julio de 2014

Dulces viejos.

#ebm además de los cds descubrió una pequeña colección  que tengo de cajas. Más bien son latas. De golosinas. De distintos países. A medida que #ebm las iba descubriendo, yo descubría que la mayoría tenían aún parte de su contenido. 
O sea, tengo una colección de pastillas viejas. 
Porque? Porqué espero que otro momento sea mejor? Más adecuado? Más especial? Porqué creo que no es acá y ahora?
Con #ebm aprendí a desacelerar. No se si a disfrutar más, porque no pasa por el goce. Pasa por otro lado. 
Esa desaceleración me ayudó a darme cuenta que si estoy con #ebm, estoy ahí. Y me enseñó a que quiero y tengo que estar en un 100% ahí. Porque es mejor, se disfruta más y frustra menos. 
Frustra menos porque si tengo en la cabeza laburo para empezar, para terminar, los platos, la comida, una discusión pendiente, llamados que devolver, cuentas que pagar, si tengo en la cabeza todo eso, tengo menos espacio para la paciencia y la atención que requiere #ebm. 
Frustra menos, entonces, porque al estar ahí 100% me permite enfocar mejor, resolver y solucionar más amorosa y pacientemente. 
Esos caramelos viejos son ese 100% en todo su potencial. Pero que ya no van a ser. Y esos sabores que ya no van a ser por esperar un momento especial me dieron cierta nostalgia. Y me hicieron sentir un poco estúpida. 
La cuestión entonces es ACA y A-HO-RA, porque los caramelos pierden el sabor, se endurecen, se pegan unos a otros y te perdiste de disfrutar cada uno. 
Y no aplica sólo a #ebm y la maternidad, aplica a todo. Caramelos hay de todos los colores, sabores y formas. Maneras y momentos para disfrutar también. Sólo hay que saber aprovecharlos.




5 comentarios:

  1. yo comence a ceder a muchas cosas, menos a las inrocks y las rolling stones, niños toquetones nos han tocado! ame esas cajitas! <3

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  2. Me pasa igual. Desde que "me transporto" en cuerpo y alma al lugar en que estoy con mis chiquitos me va mejor. Y ellos lo sienten también porque la situación es más linda. Ya no está ese caos de bebé reclamando y niño exigiendo. Ya somos los tres compartiendo un pedazo de suelo, o de cama, o de cocina o de lo que sea. Hasta logré que Alvarito se divierta conmigo mientras le doy de comer a G, que disfruta mil su porción. O que "charle" conmigo mientras le doy la teta a su hermanito esperando que termine. Y no es magia: es estar en ese preciso instante en ese preciso lugar.

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    Respuestas
    1. Viste? Esta bueno, los chicos re sientes esa diferencia. Es otro comportamiento cuando estamos estando con ellos.
      Totalmente, el lugar y el momento correcto, con ellos.
      <3

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  3. Me cuesta tanto estar en un solo lugar, lo estoy padeciendo tanto desde que soy madre...
    Muy lindo post, Flor!
    Besos!!!

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