lunes, 2 de marzo de 2015

Economía cotidiana.

El año pasado tenía muchas ideas repartidas en cuanto ámbito se me ocurriera, desde la fabricación de bolsos maternales hasta una revista temática y multidisciplinaria pasando por la organización de espacios de juego para bebecitos. 
De los bolsos se me fue la emoción, a la revista le sigo teniendo ganas(muchas) pero no es el momento. De los bebecitos...bueno, ahí quizá divagué un toque. 
El año pasado, tras la decisión del volantazo laboral, todo pasaba por la guita. 
Me llevó un tiempo darme cuenta que si ese es el motor, las cosas no funcionan como deberían, y si lo hacen, uno no disfruta del proceso.
Recién a principio de este año pude tomar otra decisión importante: "quiero disfrutar de todo lo que haga". Así que ese deseo es el que guía hoy mis decisiones. Estoy muy contenta. Decidí posponer un examen, así gané no sólo más tiempo para prepararlo, sino un montón de visitas con amigas y mates compartidos. La clave está en el compromiso que yo luego asuma con ese objetivo pospuesto. Puede convertirse en un bodoque, que me pese y no me deja avanzar o puede haber sido una buena decisión, un buen examen y muchos momentos bien disfrutados. 
Economía de la felicidad que le dicen. 

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