Aniversario de vida

Yo tengo la suerte, aunque a veces es un dolor de cabeza, de tener dos familias, contando al familión del padre de la criatura, del cual me sentí parte desde el primer momento, en realidad tres.
Pero hoy voy a hablar sólo de una.
Yo soy parte de una de esas familias ensambladas, los tuyos, los míos y los nuestros. Pero nunca sentimos, y hablo en plural porque realmente creo que todos compartimos el sentimiento, ser simplemente un ensamble de dos familias. Somos una familia porque así crecimos, así nos criaron, así comprendimos que podía ser una familia, porque familias hay de mil formas y nosotros 7 hicimos que la nuestra funcionara, creciera y se fortaleciera.
Todo esto viene a cuento del aniversario de un "episodio" (término que no define ni de cerca la situación)  que nos marcó a los 7 y yo quiero creer que fue ejemplo e inspiración para muchos muchos más.
Mi papá del corazón necesitaba un trasplante de riñón. Se le juntaron dos enfermedades que venía macerando con el tiempo: poliquistosis y proteinuria. Empezó con diálisis. Tres veces por semana, 6 horas x día. Tengo que destacar la entereza, la fortaleza y la sabiduría con que mi papá del corazón asumió ese tratamiento tan ingrato. A todos nos hubiese resultado muchísimo más duro, difícil y doloroso si su actitud hubiese sido otra.
No sabemos bien el cómo ni el cuando de la decisión  porque fue un proceso muy íntimo, pero sabemos muy bien el porqué.
La decisión: mi mamá le donaría un riñón.
El porqué: apostar a la vida, dar amor, envejecer con el amor de su vida y darnos la oportunidad de tener a nuestro papá muchos años más.
Y esa decisión fue muy movilizante para todos.
Jueves, 6 am, subsuelo del hospital italiano. Esperando que los dos entraran a quirófano.
Ese momento fue muy fuerte. Los más grandes estábamos con nuestras respectivas parejas, pero ver a mi hermanita llorando, mucho, mientras sus dos papás entraban a quirófano fue más que fuerte, se me estruja el corazón y se me anuda el pecho de sólo pensarlo hoy. Y una vez que entraron, esperamos...hicimos guardia por varias horas en ese subsuelo gris y apagado.
Nos habían dicho que la operación iba tardar mucho tiempo, que hasta las dos de la tarde no íbamos a tener noticias. Cuando vimos salir al médico a las 12, el corazón se saltó un compás. Fuimos los 5 a su encuentro, no sé bien qué pasaba por la cabeza de mis hermanos exactamente pero por las miradas del momento estoy segura que compartíamos una mezcla de miedo, optimismo, susto, incertidumbre y ganas que todo termine.
El médico dijo algo como "la operación salió muy bien". Nosotros sabíamos que primero la operaban a mi mamá y después a él, supusimos que ella ya había salido de quirófano. Y agrega "el riñón ya empezó a funcionar". Y ahí entendimos que LOS DOS habían salido y estaban bien.
El medico terminó de dar su parte y se fue, y ese es el otro momento que recuerdo y no sólo se me estruja el corazón y se me llenan los ojos de lagrimas sino que se me infla el pecho de orgullo de tener la familia que tengo. Nos abrazamos los 5, con una sensación de alivio, alegría, emoción, lloramos y sonreímos.
Desde ese momento tenemos en la familia nuestra propia HEROA!
Ya pasó un año de aquel subsuelo, de aquella espera.
Así que estamos de festejo, festejamos el amor.
Festejamos un Aniversario de vida.